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Un cohete talibán destruyó helicóptero repleto con soldados de elite en Afganistán.
Mueren 22 Navy SEALs de la unidad que eliminó a Bin Laden.
Fue la jornada más dura y trágica en diez años de misión militar en Afganistán para la tropa. Las fuerzas estadounidenses perdieron ayer en la madrugada un helicóptero Chinook de la OTAN repleto con 38 soldados. Ninguno sobrevivió al cohete talibán que impactó la nave.
La historia comenzó cuando el grupo perteneciente a la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad, ISAF, partió a completar una operación en Tangi Valley, provincia de Wardack. El jefe de policía de ese distrito contó al diario “The New York Times” que a la una de la mañana las fuerzas de la coalición embistieron un refugio de operativos de los talibanes, en el pueblo Jaw-e-Mekh Zareen. Al menos dos horas duró el tiroteo y siete afganos murieron.
Tras cumplir su objetivo, las tropas se retiraron en el helicóptero Chinook, famoso por su doble hélice, pero no alcanzaron a despegar y fueron derribados por una granada propulsada por un lanzacohetes. Zabiullah Mujahid, portavoz de los talibanes, comunicó al rato que ellos se adjudicaban el ataque.
Los oficiales estadounidenses confirmaron que dentro del aparato viajaban ocho soldados afganos y 30 de sus muchachos, de los cuales 22 eran Navy SEALs. Entre estos últimos había al menos siete de la Unidad Seis, la misma fuerza de 79 comandos que llevó adelante la operación para eliminar a Osama Bin Laden en mayo pasado en la localidad de Abbottabad, Pakistán. Son los mejores del mundo, la elite de la elite.
Anoche el Ejército estadounidense aún no entregaba un listado oficial de fallecidos, pero sí se filtró al diario “The Guardian” que los muertos de la Unidad Seis eran sólo compañeros de los que completaron la operación contra Osama. Bin Laden y no los mismos que fueron a Pakistán.
No es la primera vez que un helicóptero es atacado de esta forma. Hace menos de un mes, el 25 de julio, otro Chinook recibió un disparo en la provincia de Kunar, y dos militares quedaron heridos.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, lamentó las muertes y el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, expresó“condolencias por el incidente”.
En la zona donde fue el ataque se vive una ola de violencia, justo cuando diez mil militares estadounidenses están por finalizar la ocupación e irse, como anunció Obama en junio pasado.
Hasta el accidente de ayer, el mayor número de fallecidos en un día era de 16 soldados. Eo fue el 28 de junio del 2005, cuando un helicóptero Chinook fue alcanzado mientras rescataba a un grupo de Navy SEALs.
96militares habían muerto hasta ayer en Afganistán producto de accidentes en helicópteros.